Nos gusta disfrutar de la vida y compartir nuestra felicidad
Hacia finales de los años sesenta, el padre capuchino Lleó de Vilalba detectó que muchas personas mayores vivían solas, un aislamiento que tenía consecuencias para su salud física y emocional. Dada la orientación hacia el servicio y la caridad de la orden, y gracias a generosas donaciones, se puso rápidamente en marcha una pequeña comunidad de ayuda en un piso en la calle Canuda de Barcelona.